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Personajes Ilustres

Fernando Valdés-Salas

Salas, 1483-Madrid, 1568

Fue uno de los personajes más importantes y controvertido de su época. Gran Inquisidor General durante el reinado de Carlos V, época en la que el tribunal, con gran poder y amplia jurisdicción, era considerado una de las más altas instituciones del Estado, fue el azote del luteranismo en España y durante su mandato se publican los primeros índices de libros prohibidos.

Paradójicamente, fue un hombre preocupado por la educación, fundador de la Universidad de Oviedo y el colegio de las niñas huérfanas Recoletas de Oviedo.

Diego Menéndez de Avilés

Nacido en Cornellana y hermano el Adelantado de la Florida, fue un marino de comienzos del siglo XVI. Fue gobernador, capitán y alcaide de Puerto Rico, y escribió diversos estudios sobre las defensas de esa isla, la de cuba y la de Jamaica.

La saga de Los Álvarez

Un emigrante asturiano, Luis Fernández Álvarez, constituye el eslabón inicial de una estirpe de científicos que a lo largo de cuatro generaciones ha logrado destacar en Estados Unidos en campos como la medicina, la física y la geología.

Luis Fernández Álvarez fue uno de los miles emigrantes asturianos que marcharon a Cuba a mediados del siglo XIX. Natural de la aldea de La Puerta (en Mallecina, Salas), quedó huérfano y a los 13 años llegó a la isla caribeña de la mano de un tío suyo. Años más tarde, dio el salto a Estados Unidos, donde estudió Medicina y dio origen a una saga de investigadores en diversos campos de la ciencia que llega hasta su bisnieto.
Luis F. Álvarez (el primer apellido acabó perdiéndose al firmar él de ese modo), dedicó buena parte de su carrera a investigar y tratar en Hawai enfermedades infecciosas como la lepra y las patologías venéreas. Dejó cientos de tratados escritos sobre la materia. El segundo de sus hijos, Walter Clement Álvarez, tomó el testigo. Destacado internista en la Clínica Mayo (de Rochester, Minnesota), fue uno de los mayores divulgadores de la medicina en Estados Unidos, en las primeras décadas del siglo pasado. Se le conoce como el «médico de familia de América».

En la tercera generación, Luis Walter Álvarez obtuvo en 1968 el Nobel de Física por sus estudios sobre el hidrógeno líquido. Durante la II Guerra Mundial fue uno de los científicos que participaron en Los Álamos en el proyecto «Manhattan» (el desarrollo de la bomba atómica). A su muerte, en 1988, dejó más de medio centenar de patentes relacionadas con el radar, su principal campo de trabajo. También desarrolló junto a uno de sus hijos, el geólogo Walter Álvarez (catedrático en la Universidad de California, en Berkeley), la teoría de que la extinción masiva de los dinosaurios fue provocada por el impacto de un meteorito en el golfo de México.